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UN PEZ ENREDADO

Madreselva

Surgen de mi boca largos tallos de madreselva que buscan, con ahinco, las arrugas de mi piel como asidero. Se zambullen en mi nariz haciendo cientos, miles de cosquillas en su vegetal caminar, besan la acuosa superficie de mis pupilas y sostienen mis párpados que ya no puedo abatir. Es en mi fosco cabello donde sus tallos cobran fuerza, donde como una malla se dividen, buscando caminos nuevos, mil senderos verdes que transporten sabia hacia cada zarcillo, hacia cada nuevo brote. Estalla una primavera en mi cabeza, las hojas cubren ya mi rostro, como un arbol anciano, noto que el abrazo de esta enredadera oculta todos mis pesares. Un día pensé que este abrazo era vivificante, que a mis secas y sarmentosas ramas aportaban la carnosa textura de los jugosos primeros tiempos. Ahora se que esta planta busca cada hueco de mi existencia para anidar en él. Dejarla, no impidais que todo lo cubra, dejar que sus dedos tapicen mi cuerpo desnudo, que sus verdes hojas todo lo invadan, no quiero luchar contra ella, no quiero que desaparezca, prefiero dormir, dormir arropado por su cuerpo, y en este dormitar soñar que nuestros tallos se rozan, que ambos trepamos por los muros cuya frescura es compartida, ahora y siempre.

Nada después de ti

Dije exactamente: “Es el motor de mi vida. Necesito su energía. Puedo amar a todos los demás, pero su presencia es imprescindible para mi”.


Ahora miro adentro y el eco de estas frases me acaricia el alma. También me la atormenta. En presencia de nadie me siento tan vulnerable, pero tampoco soy tan libre y alegre como a su lado.


Alguien decía: “No puedo estar de acuerdo contigo. Nunca debes decir: nada después de ti. Yo ya he aprendido a vivir sin todos”. Pero yo no soy capaz. Sin sol no hay fotosíntesis; sin aire no hay latido, sin su amor no hay vida.


Pero no hay drama. Admito que vivo en el filo de la navaja. Tienes razón, soy carne de cañón y, sin embargo, un solo momento de su soplo vital es un vendaval de ilusión y esperanza, ese que mi estimado lector, Paco, describió como una luz cegadora que anula cuanto sucede sobre la capa terrestre.


¡Claro que no quiero pensar en mañana! ¿Por qué hacerlo si ya tengo el hoy, el ahora?. Tendrías que ver como se despliega su ternura si lo desea; es tan implacable como su lejanía, voluntaria o adquirida. Me resulta imposible mirar sus manos como autoras de mi muerte; me resulta imposible ver sus ojos como oscuras cajas fuertes inundadas de secretos celosamente guardados. No digo que no sea posible, sino que su realidad es más intensa y cercana para mi que la de todos aquellos que rodean su existencia.


Así que no me atormenta vivir con la realidad, elevada a credo, de que después de su mirada no hay nada. Me pregunto si la vida me prepara una oportunidad para ser feliz que se aproxime a la intensidad de esta, porque me es difícil concebirla.


Después viene todo lo demás. Lo siento si alguien se molesta. Nadie me va a aguar la fiesta de su beso al amanecer, la plegaria de su piel de regreso al íntimo lugar de donde no debimos salir, ni el sostenido pensamiento de su sonrisa llenando de frescura mi rutina profesional. Merece la pena ¡Ya lo creo que la merece!.


Un día Tánatos vendrá en mi busca o algo peor, en la suya. Para entonces habré atesorado tanta vida en mi interior que ni el desarraigo hará desaparecer el amor. Sus malvas o las mías lucirán henchidas de infinito sentir.


Pero eso será entonces. Hoy voy a celebrar el festejo de su ahora y aquí.


No cabe duda. No veo nada más allá de ti


Pinochos del mundo ¡ABSTENEOS! (Y II)

Pinochos del mundo ¡ABSTENEOS! (Y II)

He llegado a la conclusión de que los mentirosos tienen un problema a largo plazo. El “mentido” se lleva el dolor, pero los cómplices de las mentiras del trolero se llevan la impresión de que si mintieron a personas tan supuestamente importantes en su vida, están preparados para mentir a cualquiera. Para entonces son ya profesionales de la falsedad.


Lo que no comprendo muy bien es como incluso a sabiendas de eso, hay cómplices que se creen inmunes a las falacias del mentiroso. Es más, llegado el momento de catalizar de cómplices en “mentidos” (que llega, ¡¡ya lo creo que llega!!) lloran con desconsuelo su “mala suerte”. Para entonces es posible que ya solo les quede una salida: mentir, mentir y mentir.


A mi me parece que lejos de mala suerte, estos cómplices (en la peor acepción de la palabra, claro está) tienen un destino trabajado con empeño y esfuerzo, día a día, en su quehacer de encubridores y acaso beneficiarios. Tampoco me interesan éstos. Son gente con un extraño concepto de la socialización: vivo con los demás porque tienen algo para mi; si soy yo quien tiene que aportarles algo mejor busco otros barrios, otros mentirosos de los que ser parásito.


Los cómplices, en la mayor parte de los casos, tampoco tienen ningún reparo en ocultarles a sus seres importantes las mentiras que ocultan. Puede que sea el paso previo para ser un falso, o al menos una manera de llegar a serlo.


Cómplices y troleros cuentan, sin embargo, con la benevolencia de la sociedad. EL resto de la gente (¿la gente de bien?) suelen encontrar una justificación para tanta hipocresía descontrolada: “no sabía lo que hacía”, “ lo hacía sin maldad” (ja, ja, ja, ja), “no quería hacer daño” (ja, ja, ja, ja, ja), “todos nos equivocamos alguna vez y merecemos una oportunidad” (lo cual es cierto, cuando el arrepentimiento es sincero -y sea creible viniendo de quien viene-). Me alegro por ellos. Es su baza para no quedarse solos.


Debiera existir, abundando en mi teoría, un Zorro o un Curro Jiménez de los mentidos cuyo trabajo consistiese en desenmascarar a los falsos y a sus cómplices. Abogaría por evitarles la humillación de hacerlo público (entre otras cosas porque así evitaríamos un doble sufrimiento a los “mentidos”), pero si de verdad dejásemos que los afectados aplicaran su pena mucho me temo, que recibirían una burla no cotejable con la que ellos infringieron.


Quien sabe. Termino aquí mi leve tratado sobre los ejecutores de la mentira y la mentira en si misma, creyendo que llegado el consenso sobre qué hacer con un mentiroso descubierto, embarullaría todo de tal modo que podría parecer que no les quedaba otro remedio que mentir.


Que los dioses nos protejan de los falsos. Que se abstengan de llegar a mi vida. Conmigo tiene la batalla perdida, aunque consigan engañarme.

Pinochos del mundo ¡ABSTENEOS! (I)

Pinochos del mundo ¡ABSTENEOS! (I)

“Si mientes te crecerá la nariz como a Pinocho”.


Y a mi, Pinocho, me parece un niño tonto, pero claro eso es a mi. De repente salgo del cuento y me doy cuenta de que hay pinochos por doquier.


El embustero es un ser ridículo cuando es descubierto (y como dice la sabiduría polpular, se coje antes a un mentiroso que a un cojo), pero también lo es mientras miente, aunque en este caso es menos aparatoso ya que es el mismo quien se ve ridículo y eso, claro está, es perfectamente curable, tanto que urde en su cabeza mentiras (las cuales le parecen verdades) para explicar sus embustes. Tienen una habilidad especial para hacer parecer verdad, lo que cualquiera que le conozca un poco sabe que es una burda ficción insostenible.


Pinocho vivía absurdos mundos vacíos que le decepcionaban así mismo cuando la soledad le sobrevenía, pero daba igual: después venía la vorágine de actividades vacías que tapaban lo que acumulaba su subconsciente.


Me molesta hablar de los mentirosos, porque en una mentira hay alguien que es protagonista sin saberlo y que merece todo mi cariño y respeto: le voy a llamar, para entendernos, el “mentido”, es decir aquel que sufre las consecuencias de la falacia urdida por su interlocutor. Y ese sí merece todo mi tiempo.


Hay un tipo de “mentidos”, que me hacen sufrir especialmente. Son aquellos cuya ingenuidad se ve invadida por una avalancha de trolas, las cuales, para su desagradable sorpresa, provienen de alguien cuya posición como ser querido, le hacía depositario de la plena confianza del “mentido”. Es probable que nadie sea capaz de medir el dolor tan inmenso que causa esta situación, llegado el momento del descubrimiento. Hablamos del mentiroso que le añade a su falsedad, la nocturnidad, la alevosía, el ensañamiento, la repetición, la falta de escrúpulos. Ahí quedan a merced de un montón de falsedades, esos “mentidos”, que a partir de ahora, tendrán que recomponer su escala de afectos y luchar contra sí mismos, contra su tendencia natural a amar y confiar a ciegas, y probar a desterrar de su vida a tan dañina compañía. ¡Cómo si no tuviesen bastante con haber sido felizmente ignorantes durante tanto tiempo!


Mentir no es tan sangriento como asesinar previa tortura, pero si lo haces con quien dices amar, es peor que cualquiera de las atrocidades de los “mejores” tiempos de la Gestapo. Y el “mentido”, para más escarnio suyo, tiene que justificar socialmente su profundo hundimiento al ser consciente de su realidad. Su jefe no entenderá que no acuda a trabajar, sus amigos no comprenderán que no desee coger el teléfono y sus progenitores no entenderán que se encierre en su cuarto con el apetito anulado.


A alguien incluso le parecerá ingenioso y liberal que el embustero se justfique con todo tipo de artimañas. Todo el mundo habla de la aceptación que tienen los canallas, troleros compulsivos e incorregibles, con un éxito arrollador entre los seres del sexo contrario, los cuales ya no les parecen ni tan liberales ni tan graciosos, cuando se convierten en víctimas de los cuentistas.


Querría no despertar de mi mundo de ensueño, en que los mentirosos solo se ven en la televisión y no se acercan a mi ni por asomo.

Mentirosos del mundo, ¡ABSTENEOS!. Dejadme en mi ignorancia.

Dame una segunda vida

Se ducha dejando que una canción que surge del altavoz del pc resbale por su cuerpo, primero se enjabona el cabello, luego se aplica con el guante de aspera soga sobre la piel tersa, recorriendo con agilidad cada rincón mientras tararea sin mucho acierto esa música. Cuando termina se envuelve en el albornoz y en zapatillas se sienta frente al ordenador. En la pantalla, su alterego esta sentada en una silla, junto a una maquina tragaperras, a su lado, un desconocido mezcla entre mexicano e indu que se hace llamar Gargantua. Teclea alegre enviandole un mensaje privado instantaneo..pero él no responde, debe de estar ocupado fuera del ordenador. No importa....elige una de las marcas de zona que tiene almacenadas, pero antes cambia de vestuario completo, podría, si quisiera, hasta cambiar de aspecto su cuerpo...se siente tan baja....pero no importa. observa como esta vestida, da la aprovación y se teletransporta de un salto a Puerto Banus. Observa las 3 pasarelas por las que desfilan los personajes más varipintos a 4 monedas cada 15 minutos...van a una velocidad de 16 lindes por hora. Reconoce a una amiga, no por el aspecto, porque todo el mundo cambia de imagen casi continuamente, sino por el nombre suspendido encima de la cabeza. La saluda e hilbanan una efimera conversación encima de la plataforma rosa. Empiera a oler a quemado, observa Marbella, todo esta en orden, no hay incendio alguno...pero...sigue oliendo a quemado. La parte de la mente que se ha quedado fuera del pc hace una leve sugerencia "¿No se te estara quemando la comida en la vida real verdad?"se va a levantar del ordenador corriendo, pero antes tiene que disculparse por su ausencia, para lo que emplea aun unos cuantos segundos.... la comida esta totalmente arruinada, la carne del sofrito de los espaguetis solo es una masa negra un poco mucho calcinada. Observa el reloj, él esta a punto de llegar, coge el telefono y disca rapidamente el número. Hoy le sorprenderá y comeran comida china.

Razones que el corazón no entiende

El se asoma a a la ventana y allí, en la piscina, está ella: se unta con libidinosa intención, a sabiendas de que él la mira, la crema de protección solar. No sería llamativo el hecho si no fuese porque ella pasa de 45 y él es el baboso del 3º que lleva demasiado tiempo jugando al “parchís”: se come una y cuenta veinte ( su mujer no se presta mucho para ello)


El marido, que no es tonto, se ha percatado de las visitas inciertos de su mujer a la piscina y sabe que no son por el placer de los baños de sol o acuáticos. Así que sale al jardín interior y la increpa:

  • ¡Qué haces! ¿No ves que te está mirando?¿No decías que te molestaba?

  • ¡Calla hombre! Esto tiene su morbo. De repente me siento deseada.- le replica ellla.


  • Pero ya te deseo yo cada día.- dice él.


  • Si hombre, pero eso no me vale. No es lo mismo.



Ocurría no hace mucho en una serie televisiva de lo más cutre aunque me evade por unos minutos.


Y me arrancó de la evasión. Sorprendente. Acude a esa “cita” en busca de algo que ya tiene... ¿ o no?. Los senderos de la psiqué humana son insondables. Mi querida Genoveva tendría una explicación a todo esto, pero esta vez no se la pediré.


Olvidaba que a cierta edad “ya no se desea”, que eso solo se le supone a los adolescentes, y cuatro colgados de tratamiento marginal a los que tratamos de viejos verdes que solo desean a la mujer del prójimo. Así que no resulta creíble, que a esa edad, regreses a la desnudez de quien amas, por un impulso irresistible que te nace de lo más profundo, y se repita sin cesar por largas temporadas....


Es en estos momentos cuando la sinceridad y la valentía deberían instalarse en la vida de una persona, y decidir entendiendo, que en la elección, siempre hay una opción que debe quedar atrás. Este es el ejercicio de la libertad.

Los asesinos en serie

 Hay quien opina de esta película que es una obra maestra, que David Fincher borda sobre el celuloide un triller que nada tiene que envidiar a sus anteriores films. Mi opinión no es la misma, poco o nada tiene que ver con el "Seven" que todos, o casi todos recordamos, ni punto de comparación con la claustrofobica "la habitación del pánico" Esta que hoy he ido a ver es una película muy bien ambientada, muy documentada..pero que sinceramente, si la empezara a ver un sabado por la tarde me recordaría esos telefilms que Antena3 se empeña en meternos en la retina como películas. Supongo que el problema arranca en unos personajes tan solo esbozados, unos personajes, todos, que parecen actores secundarios, unas amenazas que suenan huecas, una tensión que no existe, unos cambios de tiempo que resultan sorprendentes y que nos llevan saltando meses, semanas y años con solo ponerte el aviso a pie de escena.... A mí no me ha gustado, creo que podría vivir sin Zodiac... ¿tú?

La Isla

No quiero abrir los ojos, estoy bien así, siento como algo golpea mi pierna, pero lo ignoro. Si uno se concentra lo suficiente, puede hacerse selectivo en casi todo: en medio de una discoteca puedes apartar a un lado todos los sonidos y mantener una conversación, en una fastuosa mesa puedes elegir entre todos los alimentos aquel que te agrada....entonces, ¿porque no podía yo concentrarme en el rumor del mar chocando contra las rocas?¿porque no podía alejar esa voz que decía mi nombre y elegir solo el grito de las gaviotas sobre mi cabeza?. Abro los ojos y el sol golpea mis pupilas con fuerza, vuelvo a cerrarlos, me entretengo en ese instante, pero los golpes se repiten en mi pierna...y la voz...esa voz que insiste.
- Lucas...venga... levanta de una vez.
Por fin hago caso, me levanto, sacudo la arena que se ha pegado a mi ropa y pelo y miro al joven que esta a mi lado sonriendo.
- Eres un vago coleguilla, llevas toda la mañana tirado en la arena sin hacer nada...hasta creía que te habías muerto -ríe ante la ocurrencia y muestra una pala de niño que lleva en la mano- ya te iban a enterrar los crios, me ha tocado espantarlos con la merienda.
Miro esos ojos y sonrío, el mar esta muy tranquilo, parece una gran lona satinada que alguien ha extendido por todo el horizonte, me vuelvo hacia mi interlocutor, pero ya no está, ni él ni nada...vuelvo a estar en una pequeña cala de esta diminuta isla en la que sin saber ni como ni porque he llegado. Creo que si me concentro, podría imaginar que la isla no es tan pequeña, quizá, con mucha concentración pudiera tener unas dimensiones mayores....cierro los ojos, imagino que la isla se llena de vegetación, algún bungaló, voces...
Como si se tratase de la chistera de un mago, de mi cabeza van surgiendo cosas que hacen que la isla deje de ser tan pequeña, comienzo a oír voces de niños que corretean a mi alrededor, oigo los golpes de una pelota de voley, el crujir de la arena bajo los pies de gente...no quiero abrir los ojos, si lo hago, todo se desvanecerá y volveré a estar solo en esta isla.... pero están los golpes, ahora son más flojos, y su objetivo es mi hombro. Abro los ojos como dos rendijas, dejando que la imagen quede encarcelada por las pestañas, es una mujer la que me golpe con la palma de su mano. Su rostro me es vedado, el pelo le cae sobre él, y solamente consigo ver parcialmente sus ojos, me sonríe.
- Lucas, vamos, te estamos esperando en el hotel.
Cierro los ojos y me dejo conducir...sé que si los abro, todo desaparecerá.

Mañana empieza.

No, no respondiste a mis mensajes, quería verte una última vez. No creo que pidiera tanto. 

Te echo de menos.

Quería verte antes de irme, ya sabes, me voy lejos, nunca sé por cuanto tiempo, el trabajo es así. Hoy aquí, mañana en otro sitio, siempre a golpe de mobil, en incesante movimiento.

Quería verte antes de irme, recordar tu cara llena de risas, saber que tu chispa me acompañará en mi viaje. Sí, ya sé que hemos estado un finde juntos pero nunca tengo suficiente.

Y, aunque tuviera un instante más, siempre habría un último momento en que dejaría de verte.

Alguien ha sentido un cosquilleo antes de hacer algo??? Es como me siento ahora mismo, lo que voy a hacer no es ninguna novedad en sí mismo, ya sé el camino, lo he hecho muchas veces, mañana será otra. Y me muero de ganas de hacerlo, seran quilómetros y quilómetros, de sol a sol, como nuestros antiguos abuelos.

Saldré del país, entraré en otro y saldré de él otra vez, entraré en otro y por suerte se esconderá el sol, tu recuerdo me acompaña.

Y al día siguiente, más quilometros.

Me voy a dormir, tocan diana temprano.

En mi ruta,prometo volver a escribir cuando encuentre algun lugar para enchufarme a la red.

Hoy los sueños me llevan al lugar donde te echaré de menos.

 

Lo quiero

Lo quiero

Y morirme contigo si te matas,

y matarme contigo si te mueres...

porque amores que matan, nunca mueren”


Joaquín Sabina



El resto es puro devenir inconcluso y de indeterminado final.


Quiero amanecer incrustado en tu cadera de tiernas curvas, con esa sonrisa de quien descubre con íntima satisfacción la silueta de su amante.


Quiero acometer tu figura con fiereza, la que inspira creer que solo me quedase hoy para amarte....


Necesito vivirte con incondicionalidad, con la que vive el inocente (que no ignorante), abandonado al amor, enredado en un remolino absorbente al que no puede negarse, y en el que su ignorancia toma el color de la esperanza.


Dejaré el dolor en el más recóndito rincón de mi corazón, porque necesito volcar sobre ti cada minuto de intenso sentir. Ya lloraré, si fuese preciso y llegado el momento. Ahora solo deseo tu regreso; me alzaré en quijotesca lucha contra los titanes del espacio y el tiempo, y solo pido no estar aquí si no regresas.


Me siento estúpido en esta estación del absurdo donde, cuestiones sin sentido, me sitúan en la lejanía, indeseable compañera a la que rechazo una y otra vez aunque regrese acechante. No les temo. Antes y después siempre estás tú el estandarte de mi amor.


Bésame con el amor que destilas por todos tus poros. Con tus besos se me olvida el mundo, crece el cielo estrellado sobre mi espíritu y nada hay más poderoso que la plenitud de vivirte, aunque sea a cambio de morir después.


Lo quiero, lo pido, lo anhelo, lo deseo. Cuanto más cerca menos heridas, cuanto más lejos más aniquilante.


Vete. No me cuentes nada luego. Solo abrázame

Genoveva, ¡Qué decepción!

Mi positivísima Genoveva, es una psicoanalista venida a comentarista en una radio local que he decidido no escuchar (al menos el programa que ella conduce) que también ejerce de articulista en el periódico local perteneciente el mismo grupo de comunicación: Mijas semanal (http://www.mijate.com/).


Solía (y suelo) deleitarme con su escritura en un barecito del pueblo en el que la lectura de sus reflexiones escritas, se adornan con las filosóficas tertulias de los paisanos sentados en sus tres o cuatro mesas, al tiempo que devoran con fruición los sabrosos bocadillos que el local ofrece. Lejos de ironizar, lo describo como parte de un momento delicioso que vivía (y vivo siempre que puedo) cada viernes, y el cual, francamente, fue motivo de ilusión durante un meses.


Cuando supe que tenía un programa de radio en el que se exponían parte de sus reflexiones, junto a otra compañera de profesión, decidí participar de la única forma posible: formular una pregunta escrita. Escribí entonces este correo electrónico:


Andaba a vueltas con una cuestión en la cabeza y en el corazón, que me desorienta, como mínimo.

Desconozco el significado y trascendencia de palabras cuyo contenido condicionan, comprometen, exigen y rigen una experiencia vital, y entre ellas la de la palabra FIDELIDAD. Busco en el DRAE y me dice:

"Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona."


Si busco lealtad, o leal dice: " Que guarda a alguien o algo la debida fidelidad."


Es, en fin, una forma de no decir nada, porque es la pescadilla que se muerde la cola. Así que me dispongo a pediros opinión y compromiso, es decir, espero que no acortéis por el camino de enmedio, reduciéndolo todo a la vivencia personal.

¿Acaso no existen los valores superiores con sentido independiente?
Se ha matado mucho en nombre de valores de esos que caracterizan eras enteras, sin fundamentalismos, pero que sirven de guía a generaciones, incluso.

En resumen: ¿Cuando comienza la infidelidad? ¿Lo es ya incluso cuando se urde en la mente? ¿Ha de darse físicamente para considerarse? Sin duda es una reflexión que podría ser definitiva en algunos casos. ¿Vale una mentira, para considerar una infidelidad? ¿Es una infidelidad una cuestión a tener en cuenta en las relaciones personales?
¿Es infiel alguien que dice "te amo " a otra persona distinta de su pareja habitual? ¿Y si esa persona no tiene contacto físico con la otra?
Ojalá que pueda escuchar vuestro programa este lunes, llevo tres lunes y no lo escucho,
Gracias por escucharnos



Recibí por respuesta un invitación a escuchar su opinión en la radio. Es cierto que el tiempo apremia en un medio de comunicación, pero la respuesta (que no puede escuchar ese día) me dejó frío. Se dió en un programa el 17 de julio del 2006, y se limitaba a decirme que no justificarían mi infidelidad o mi fidelidad. Me invitaba a ser consecuente y decía que la infidelidad no es problema si no deja huella. Ni una sola respuesta...


Aún leo lo que escribe en su columna semanal como si hubiese desconectado su imagen de sus palabras y me encontré este viernes una reflexión ironizante sobre quienes viven prejuzgando lo que está por venir ( http://www.mijate.com/mijasemanal/219/p14.html ). No he podido evitar recordar aquel episodio y me pregunto, mi querida Genoveva, por qué entonces si estaba bien prejuzgarme como un infiel en potencia al que redimir de su pensamiento. Aprecio el psicoanálisis en lo que vale, pero no puedo entender cual de sus características es la que sitúa en situación arrogante a quienes lo practican, elevando al nivel de verdad absoluta lo que no conocen de forma empírica como exige el devenir científico.


Sigo recibiendo tus invitaciones en mi correo (nacmacys@gmail.com) para escuchar tu programa. Nunca lo escuché en directo (no me resulta posible), pero solía tener paciencia para esperar, dos meses después, su publicación en tu página electrónica para escucharlo sin prisa. Puede que ahora, desde la distancia en el tiempo, lo veas de otro modo.


Yo ya no busco la emisión digital de tu programa. No es porque no lo aprecie: prefiero seguir imaginando que detrás de él hay una persona interesada en el pensamiento de los otros y sus comportamientos, más que en buscar los tres pies al gato.


Un saludo.

Sin palabras

Sin palabras

Ella tuvo una idea que se me antojó espléndida, más bien irresistible.


El valor de lo que veis es.... inclasificable. Sin embargo convierte a un adulto en un niño inquieto, impaciente, nada que ver con aquel monstruo que nos trajo a la palestra en cierta ocasión, infatigable como en aquel maratón que nos describía con tan plástica expresión, melancólico como aquella huida una tarde ventosa y gris con el desasosiego en el alma.


El es así. También ella, así que sentí el impulso de materializar y completar la idea a su más puro estilo. Lucas es un torbellino imposible de mantener cerca y un imprescindible en tu lista de contactos si quieres que tu diario tenga un punto de inflexión, divertido, melancólico, ingenioso (así lo he visto yo al menos)


A todo eso que veis en la foto le acompañaba unas palabras que atesoraré en el corazón, igual que todo aquello capaz de conmover a un ser humano, sea cual sea el momento de su vida. Ya habéis leído su entrada: toma ese tono semi irónico de ver su realidad para acabar poniéndote la piel erizada al tiempo que un nudo en la garganta.


Nosotros ya tuvimos lo nuestro también. Me temo que estos objetos, quizá carentes de sentido para quien se acerque a nuestra bitácora, establecen un vínculo duradero de inexplicable concreción, pero perdurable.


¿Cuántas vivencias perdurables guardamos en el corazón? Es realmente difícil encontrarlas. Nosotros tenemos esa suerte. Y ahí queda inmortalizada.


Era mi pequeño tributo

Un paquete y cinco metros.

La mañana empieza perfecta... No tengo que madrugar, la mujer escapa unos minutos antes que yo de la cama, y eso me permite conquistar ese territorio común, explorar con los pies desnudos los rincones frescos, dejar que mi piel roce las sábanas, cerrar los ojos imaginando que estoy en una cama que no es la mia, en una ciudad que no es la mia, en un planeta que no es este... Pero he de levantarme y enfrentarme a la vida real. Ya he desayunado y suena el timbre, es el cartero, lo sé nada más oir el timbre, mis ojos lanzan  chispitas como las de las bengalas que agitan en el aire los niños. Casi le arranco de la mano la notificación del paquete, me dice que he de ir a recogerlo, ya estabamos vestidos, así que le digo a la mujer que venga, que vamos, cierro la puerta y...tras tirar de ella, compruebo con horror que no puedo cerrar con llave... nos hemos dejado una llave metida en la cerradura por dentro. Comienza la epopeya. Pero primero he de ir a correos, peleo un poco con la cartera, que me dice que el paquete no llega hasta el dia siguiente, pero tras decirle que Jose Maria, el cartero de mi zona me ha dicho que es un tubo enorme (por el gesto que hizo crei que ya llegaba el bazokaa que encargue a mi distribuidor de armamento pesado) accede a mirar y darme el paquete. Aún no tengo cita con el médico, estoy a un kilometro de casa, y no puedo esperar a llegar allí para abrir el paquete de Nacho. Tras enviarle un mensaje anunciandole que si es una bomba morire con un montón de inocentes, me sumerjo en el bar. Es temprano, dos mujeres cargadas de compra hablan en un rincon, ante dos cañas, un hombre vestido de ejecutivo lee el Marca y dos guardias civiles huyen casi a la carrera cuando ven el paquete... supongo que de un momento a otro llegaran los Tedax.
Pero no puedo esperar a que lleguen, pido un cuchillo al camarero "que este bien afilado, por favor, y un café con leche no muy cargado" el camarero me mira raro..como si me fuera a cortar las venas allí mismo..pero ve que estoy pletórico de felicidad, así que me deja el cuchillo y me pone el café. Ataco el paquete con ansia, y comienzo a sacar cosas ante la mirada de todo el establecimiento, despliego el poster y miro a los ojos de Viggo Mortensen de tú a tú. Y siento un picor en los ojos... En el reverso del poster hay 4 mensajes, cuatro mensajes que se me clavan en el corazón y sin poder evitarlo empiezo a llorar como un tonto, ante la mirada del camarero. Luego saco la botellita...la destapo....toco la arena de esas lejanas playas, la huelo, quiero metermela en la boca y sentir el mar en mi garganta... miro el reloj, es hora de ir al médico, pero aún quedan las conchas, cojo cada una, las examino como si mi vida dependiera de ello... hoy, me siento mas vivo que nunca, vuelvo a meter todo en el paquete y me voy al ambulatorio. No importa ya nada, nada puede arruinar este momento, ni pienso dejar que lo haga, ni la doctora, ni los 5 metros desde los que me he tenido que descolgar para poder entrar en casa, ni siquiera el quirofano de mañana. Este es mi momento, el momento de los 5 y voy a pelear por él. Os quiero, aunque no podais comprenderme a veces. Soy A+ si necesitais mi sangre, dispongo de unos litros que os pertenecen. Gracias.

Boculo

Me perdonaran mis amigos al escribir en este rincón una conversación que tuvimos hace tiempo.

Nos inventamos un término nuevo, es “boculo”. Me explico, fantaseábamos sobre la posibilidad de que existiera un animal que dispusiera de dos elementos principales, la boca para la ingesta de alimentos y de culo para el desecho. Debería tener, también,   un propósito; hacer carne, cuanta más mejor. Y su vida lógicamente será corta.Aunque contamos entre nosotros a gente con grandes cualidades de artes plásticas ninguno se atrevió a hacer ningún dibujo que plasmara esta idea, dejamos rienda suelta a la imaginación.

   Ya imaginábamos a aquellas “ratas” de laboratorio, con grandes contratos con varias cadenas alimenticias. Poniéndose a crear a estos dulces animalitos. Si, les daremos una proporción correcta de carnes y grasas, de gusto y aroma, incluso llegaremos a hacer carne para vegetarianos.

   Y lo crearon, con sus diferentes gustos, texturas, para los canalones, para los guisos, para los pinchos morunos. Simplemente eran perfectos.

  Se introdujeron en todos los segmentos de nuestra vida cotidiana, existen algunas cadenas alimentarías que subministran esta carne diariamente en sus menús, lógicamente escondiendo la procedencia y calidad del animal. 

Los beneficios crecieron exponencialmente y sus creadores hacían fábricas por doquier.  Estaban convencidos de que no se descubriría el engaño y tenían mucha razón, incluso ahora nos preguntamos si aquello con lo que un día fantaseábamos no fuese hoy verdad.

 Tengo que confesar que muchas veces me he encontrado verificándo los aspectos técnicos de la carne que me sirven en algún restaurante, e incluso de la que compro para mi casa. Me digo a mi mismo que es una estupidez, que algo así no es posible.Pero sin duda la realidad supera, muchas veces, con creces a la imaginación.Desde entonces nos miramos de otra forma las chuletas que solemos comer, y cuando nos reunimos alguien suele hacer el comentario sobre el acompañamiento de los macarrones, y seguimos fantaseando si la parte sustancial del guiso vendrá de una parte remota de centro África o de un lugar perdido de la patagonia argentina.

 Nos quedamos mirando.

 Buen provecho!!

Mentiras sin clasificar

Cuando ofreces algo de tu yo más íntimo, da igual cómo de desinteresada sea la entrega, porque lo realmente importante es cómo lo percibe el otro, que por norma general no lo valora igual que la misma oferta hecha por otra persona a la que si se encuentra inclinada.


Así que no me apuro cuando dando de mi lo que fuese, de forma natural, tal como me brota en el interior, veo como se desliza por la piel del otro para esfumarse sin haber sido percibido, o haberlo hecho como algo que ha pasado por su vida, del mismo modo que si no hubiese sucedido.


O sí me apuro. Claro que me apuro. Incluso lo veo en otros y me apuro por ellos. Hay una persona, cuyo nombre no mencionaré más que nada porque no la creo merecedora de ello, que cuando otra le cuenta algo que le sucedió, siempre tiene una hermana, una madre, una tía, un primo, o ella misma a los que les ha sucedido algo parecido. Me produce algo de vergüenza ajena cuando veo al otro sentirse chafado en la ilusión de su relato y opta por desistir de su narración, o por el contrario opta por “el mío más”. Es frustrante compartir momentos con ese tipo de gente. ¡Mucho más si el momento es de más de un día!


Me resulta aún más doloroso si eso ocurre entre dos personas que se aman. Le ocurre a la mencionada anteriormente. No sé si un día su pareja fue para ella una persona a la que admirar, pero hoy puede que ya no lo sea. El chico, que es una delicia viva, recibe sus regalos como si hubiese hallado una mina de oro, y ella relata, en tono jocoso, como pasa días llevándoselos a todos sitios. Esto no sería especialmente importante sino fuera porque en cierto momento del año ella manifiesta sin ningún pudor a quien le gusta hacer regalos por la alegría con que los recibe (sea lo que sea)


Es solo un ejemplo para acercarme a la idea final. Recuerdo como otra persona a la que conozco le parecen más románticos las parejas de otros que la suya misma, aunque ésta al menos reconoce que él es un buenazo (¡vaya mierda!, con perdón)


La cuestión es que me resulta difícil aceptar que las mismas personas que un día pierden la noción del tiempo y el espacio por otras, pasado el tiempo necesitan que esas mismas sensaciones vengan de otros sin tener la valentía de reconocerlo y actuar en consecuencia, o superar el egoísmo que da la seguridad de saber que, en el peor de los casos, siempre habrá alguien que de manera natural seguirá ofreciéndole aquello que por unas razones u otros los demás ya no desean ofrecerle. Puede que no sea tan intenso, pero ahí está. Hay que ser muy frío, egocéntrico y estúpido para permitir que la vida de otra ser humano al que dices amar, se consuma en una mentira, la cual por otra parte, y por la salud mental del ingenu@, deseo con todas mis fuerzas que ést@ no descubra nunca.


Así que los amantes vivimos amando sin medida, sin reserva, y esa felicidad nos acompañará hasta que el ser amado considere que ese amor, invariable con el tiempo, creciente con el tiempo incluso, es más especial si llega de otro amante cuyas circunstancias son ahora más deseables. Que cada cual le ponga nombre a esas circunstancias.


Yo vivo sin medir. Y cuando mi amor me recompensa con su piel, me escucha con atención, crece en mi cuanto siento, porque hoy soy un hombre libre de la vulgaridad del amor a medias.


Pero claro mi amor es mucho amor. Es un ser sin par y percibo su ternura en cada minuto que pasamos juntos. Realmente si traslado mi reflexión a mi mismo solo puedo desear que todos los amantes del mundo vivan el amor como me sucede a mi...

Siempre encuentro una mano tendida

¿Por qué dudar entonces?. Pues porque las cosas a veces no son lo que parecen. No hay mayor incertidumbre que la de saber que no hay creencias inamovibles.


No soy nada enrevesado si escribo esto. Cada uno puede encontrar en el fondo de su corazón una de estas situaciones. Cuando descubres eso te precipitas al vacío y casi siempre encuentras un nuevo sentido a lo que está por venir. Eres capaz de encontrar energías renovadas que te ayudan a cicatrizar la herida, y levantarte es cuestión de un esfuerzo de mayor o menor importancia.


Pero no todos corremos la misma suerte. Los apasionados hacemos un recorrido más largo. La llegada de la ilusión y la esperanza te elevan hasta un cielo que te nubla cada minuto en que estuviste herido, cada día convaleciente, cada lágrima que tragaste en lo que suponías la más absoluta de las soledades. Entonces andas entre nubes de algodón, los abrazos te hacen temblar de emoción y eres un sensible manojo de sensaciones con la lágrima a flor de piel. Los besos se te antojan vino viejo de la mejor solera que te emborracha y te mantiene en la sonrisa permanente. El roce de la piel del amor que te acompaña (esta vez con una luz cegadora) te enerva todo aquello susceptible de ser enervado y pone tu alma en ese punto en el cual no sabes si continuas en el mundo de los vivos, o vives de nuevo una jugada de las que te proporcionan los brazos de Morfeo de la que te despertarás luego.


Todo ese mundo de luz y emociones, se vive sin red de seguridad, así que cuando descubres que lo que creías no era como lo creías, los apasionados percibimos todo como el mismo fin de la vida, como la carencia absoluta de sentido para cuanto puede sobrevenirte. Te sientes una marioneta en manos de un destino, absurdo, cruel, cuya frialdad carente de compasión, deja que te magulles se te acuchille el alma, poniéndote en un comatoso estado de desazón, desidia, y desinterés por una vida que ahora solo ves como tortura antes del final. No ves la salida y no recuerdas que haya nadie a tu lado salvo el amor, un amor incapaz de sacarte del abismo, pero al que te ases con todas tus fuerzas mientras su calor te abrasa la mano.


Aún así no sabemos ser de otra forma, no podemos. Necesitamos la adrenalina segregada cuando el viento sopla a tu favor, y no eres capaz de saber si saldrás de aquello, pero cuando la mano tendida aparece y te eleva, no puedes ya mirar atrás y la sigues ciego de esperanza, como si nunca hubieses olido a azufre, como si el olor de la sangre aún caliente solo fuese el un mal recuerdo de lo que sucedía solo hace unos instantes.


No puedes entonces olvidar la textura, la firmeza, ni el alma de aquella mano. La incorporas a tu vida sin saber si la recordarás llegado el momento y te sientes agradecido y atado a ella para siempre. Sabes que nunca podrás devolverle su esfuerzo, su oportunismo, pero te la apropias, y es un miembro más de tu mismo cuerpo....


Espero que comprendáis mi arrogancia sabiéndome parte de una especie (la de los apasionados) cuya suerte se me antoja infinita.


Sirva este escrito como homenaje a cuántos fuisteis MANOS TENDIDAS de mi vida, y aquellos que estén por venir....

Mi vida, un puzzle

Creo que la vida es un puzzle, un rompecabezas lleno de piezas que a lo largo de nuestra existencia van colocándose en su sitio; el pasado son las piezas que ya se han unido, formando algo que podemos ver y entender, sabemos que imagen forman. El presente solo es una pieza, la que tenemos en la mano, una pieza llena de ángulos redondeados o con picos, una pieza que sabemos que encaja en el cuadro que ya hemos formado, pero que hay que saber donde colocar. Por el contrario, el futuro es algo incierto, compuesto por piezas que están bocabajo, en la caja, piezas que no podemos elegir a no ser que coloquemos primero la pieza que tenemos en la mano. Hay quien se salta pasos, busca piezas que rellenen huecos fáciles, confiando en poder ir haciendo pequeños esbozos de la imagen final, pequeños cuadros sin sentido que en último momento unirán dando vida a todo el conjunto. Por el contrario, hay otras personas más previsoras, demasiado impacientes para dejar que las piezas correctas vayan llegando a sus manos, se hacen con una tijera y con pegamento, y con un poco de agilidad y muy mala leche, castran, recortan y moldean las piezas para que entren donde a ellas les apetece. Cada uno hace su propio puzzle, cada uno es dueño de usar el método que quiera, pero al final, la imagen que muestra una vez acabado, es el símbolo de todo el trabajo realizado a lo largo de una vida.
Sé que soy muy críptico hablando, que a veces me enredo, como dicen, más que la pata de un romano..pero creo que el que quiere entenderme puede, y el que prefiere no hacerlo, siempre puede agarrarse a un clavo ardiendo para salir corriendo. La vida, es en definitiva, lo que con paciencia o tijeras, ponemos en el soporte de nuestra existencia.

 

Juicio al monstruo

 

 Sí, yo soy el monstruo, todos los aquí reunidos me miráis con excitación, pero también con miedo. Aunque tenéis fe en estas cadenas que lastran mi cuerpo, en estos fusiles que apuntan a mi cabeza, vuestra fe es débil, calculáis mentalmente el grosor de las cadenas y la fuerza de mis manos, meditáis sobre el tiempo que tarda en reaccionar un soldado y si en ese lapso de espacio seria capaz de llegar hasta cualquiera de vosotros y partiros el cuello como aseguran que he hecho con mucha gente. Pero no tenéis que tener miedo, si estoy aquí es por mi voluntad, por ella me he dejado atrapar, por ella me he dejado conducir hasta esta sala, y por ella, si resulto culpable, dejaré que la justicia se aplique sobre mí.
Desde que me dieron la vida he sido perseguido, acosado, insultado. Por donde he pasado la gente se ha asustado, escondido y puesto a la defensiva. La indiferencia es algo que a alguna personas les resulta doloroso...y cuantas veces he deseado pasar inadvertido, indiferente a cuantos me rodean, ser una sombra gris más de todas cuantas se mueven en el mundo. Y sin embargo, soy más parecido a vosotros de lo que podáis imaginar.
Físicamente soy más grande que cualquiera de los aquí reunidos ¿me juzgáis por mi apariencia física? Tengo implantes que sujetan determinadas partes de mi anatomía ¿Me juzgáis por mis defectos físicos?. Yo, a diferencia de vosotros, no nací de una madre, nací de muchas si tenemos en cuanta que estoy hecho de partes de muchos hombres que sí nacieron de mujer ¿Me juzgáis por mi procedencia?. Cuando nací era como vosotros al nacer, torpe, inseguro, incapaz de controlar mis actos y de distinguir lo bueno de lo malo. Pero nadie me enseñó que diferencia había entre el bien y el mal, porque estaban demasiado ocupados en salir corriendo ante mi presencia.
Si en el bosque he encontrado a un niño, y juntos, bendita inocencia, hemos recogido flores y setas, la aparición de cualquier adulto ha sido dramática, me han disparado, amenazado con antorchas hasta que han alejado de mía al pequeño, que al igual que yo, en nada comprendía que estaba pasando. He aprendido a temer al fuego y al hombre, el que debía ser mi semejante y he sido juzgado más por lo que pueda hacer que por lo que haya hecho.
Y sin embargo, después de ver vuestros actos con los hombres y mujeres que en nada diferían de vuestra misma apariencia, llego a comprender el rechazo que sentís hacia mí, siempre valoráis más el aspecto que la humanidad de cuantos os rodean. Quiera Dios que nunca nada malogre vuestro aspecto, quiera el destino que tengáis siempre alguien que os distinga el bien del mal, y os acompañe en vuestro caminar. Buscad la indiferencia de cuantos os rodean en un mundo que os juzgara por vuestros actos y por todos los que podáis cometer.

 

Otra perspectiva

 

Eras la luz, la jodida luz que se ve cuando estas perdido en la más absoluta de las oscuridades, cuando todo lo que te rodea no tiene ni forma ni sustancia y solamente, como la tabla de un naufragio, estas tú para aferrarse a algo en la inmensidad de mi desesperación. Pero nunca has visto más allá de tus planos de arquitecto, nunca más allá de tu "profesionalidad", me mirabas y no veías más que a alguien que trabajaba a tu lado, alguien que pasaba por delante de ti, y no es que no intentara llamar tu atención, me ponía la ropa que resultaba más sugerente, la que más realzaba mi figura....y todo en vano. Llegué a amarte tanto como ahora te odio, siempre hablándonos de ella, de tu pareja, que si era maravillosa, que si había hecho tal, que si cual, hasta el punto de que parecías enfermo de amor. Hemos tenido que quedarnos ha hacer proyectos juntos, te he mirado a los ojos, esperando que dieras el primer paso, quizá un beso, quizás rozarme la mano... no sé, cualquier indicio, no es que esperase que me arrojases sobre la mesa y me hicieras el amor, no, sé que no eres de esa clase de gente. Pero ha sido tu frialdad lo que te ha matado, no yo.
Encontrar un sicario en estos tiempos no es más difícil que comprar una estatuilla del Nepal por Internet, rastreé la red hasta sumergirme en oscuros ramales, recibí ofertas de lo más curioso, hasta uno me proponía el secuestro y envío de la parte del organismo que eligiera como prueba del trabajo realizado. Casi sucumbí a la tentación, pero no podía dejar este asunto en manos de nadie, por eso me disfrace con las ropas más horribles para ocultar mi silueta, robé un coche, hice todo lo necesario para no llamar la atención. Era una venganza que, para recuperarme, tenía que cumplir yo mismo.

 

Con el tiempo uno se resigna a no hacer promesas

Con el tiempo uno se resigna a no hacer promesas.

Aprende con el paso de los años a degustar el sabor salado de la saliva
de todas las lágrimas que nunca lloró.

Se sienta en el porche a contemplar una puesta de sol, viendo absolutamente nada en el horizonte.

A decir mecánicamente buenos días, a la pareja con la que duerme. Mientras solo piensa en el café, que nunca le despierta.

Se olvidó que un "Te Quiero" no significa la abolición de una ilusión. Y lo confundió con el hecho de no poder tener el mando a distancia.

Todavía duda si la eternidad esta en el diccionario, como para poder decirla sin miedo a romper su palabra.

Tiene en el silencio uno de sus mejores aliados.

Su mejor arma, se alimenta de su propio engaño, de apoyarse en bastones que nunca necesitó, y ahora tiene la espalda curvada.

Ya demasiado viajo cree no pdoer abrir la jaula, dejar golondrinas y cuervos al aire, a su aire.

Cada noche, sabe que cada mañana será igual, sentirá el incesante repicar de las promesas que se hizo un día.

Se morderá la lengua, la saliva salada, y unos ojos cerrados soñando que estan llorando.

Y no te mentirá cuando le preguntes si le pasa algo, siempre te dirá -nada, no pasa nada. Justamente eso estará pasando.

**Lanzaré mis preguntas al viento, y recogeré la lluvia que inundará de lágrimas todo mi cuerpo***

Kiko