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UN PEZ ENREDADO

Mentiras sin clasificar

Cuando ofreces algo de tu yo más íntimo, da igual cómo de desinteresada sea la entrega, porque lo realmente importante es cómo lo percibe el otro, que por norma general no lo valora igual que la misma oferta hecha por otra persona a la que si se encuentra inclinada.


Así que no me apuro cuando dando de mi lo que fuese, de forma natural, tal como me brota en el interior, veo como se desliza por la piel del otro para esfumarse sin haber sido percibido, o haberlo hecho como algo que ha pasado por su vida, del mismo modo que si no hubiese sucedido.


O sí me apuro. Claro que me apuro. Incluso lo veo en otros y me apuro por ellos. Hay una persona, cuyo nombre no mencionaré más que nada porque no la creo merecedora de ello, que cuando otra le cuenta algo que le sucedió, siempre tiene una hermana, una madre, una tía, un primo, o ella misma a los que les ha sucedido algo parecido. Me produce algo de vergüenza ajena cuando veo al otro sentirse chafado en la ilusión de su relato y opta por desistir de su narración, o por el contrario opta por “el mío más”. Es frustrante compartir momentos con ese tipo de gente. ¡Mucho más si el momento es de más de un día!


Me resulta aún más doloroso si eso ocurre entre dos personas que se aman. Le ocurre a la mencionada anteriormente. No sé si un día su pareja fue para ella una persona a la que admirar, pero hoy puede que ya no lo sea. El chico, que es una delicia viva, recibe sus regalos como si hubiese hallado una mina de oro, y ella relata, en tono jocoso, como pasa días llevándoselos a todos sitios. Esto no sería especialmente importante sino fuera porque en cierto momento del año ella manifiesta sin ningún pudor a quien le gusta hacer regalos por la alegría con que los recibe (sea lo que sea)


Es solo un ejemplo para acercarme a la idea final. Recuerdo como otra persona a la que conozco le parecen más románticos las parejas de otros que la suya misma, aunque ésta al menos reconoce que él es un buenazo (¡vaya mierda!, con perdón)


La cuestión es que me resulta difícil aceptar que las mismas personas que un día pierden la noción del tiempo y el espacio por otras, pasado el tiempo necesitan que esas mismas sensaciones vengan de otros sin tener la valentía de reconocerlo y actuar en consecuencia, o superar el egoísmo que da la seguridad de saber que, en el peor de los casos, siempre habrá alguien que de manera natural seguirá ofreciéndole aquello que por unas razones u otros los demás ya no desean ofrecerle. Puede que no sea tan intenso, pero ahí está. Hay que ser muy frío, egocéntrico y estúpido para permitir que la vida de otra ser humano al que dices amar, se consuma en una mentira, la cual por otra parte, y por la salud mental del ingenu@, deseo con todas mis fuerzas que ést@ no descubra nunca.


Así que los amantes vivimos amando sin medida, sin reserva, y esa felicidad nos acompañará hasta que el ser amado considere que ese amor, invariable con el tiempo, creciente con el tiempo incluso, es más especial si llega de otro amante cuyas circunstancias son ahora más deseables. Que cada cual le ponga nombre a esas circunstancias.


Yo vivo sin medir. Y cuando mi amor me recompensa con su piel, me escucha con atención, crece en mi cuanto siento, porque hoy soy un hombre libre de la vulgaridad del amor a medias.


Pero claro mi amor es mucho amor. Es un ser sin par y percibo su ternura en cada minuto que pasamos juntos. Realmente si traslado mi reflexión a mi mismo solo puedo desear que todos los amantes del mundo vivan el amor como me sucede a mi...

3 comentarios

Nacho -

“¿Que sentido tendría cambiar tu vida por algo puntual?”. Me martillea esta pregunta en la cabeza. Creo tener una respuesta. Pero me callo. Pienso tres veces. Es cierto que existen circunstancias muy duras de inimaginables consecuencias, pero no es menos cierto que hay quien opta por elevar a nivel de inquebrantable su compromiso.

Contesto con otra pregunta: ¿Puede ser porque la que tienes ya no te aporta lo que quieres y antes de continuar una farsa, prefieres ser sincera contigo misma y de paso también valiente?

Gracias por tu aterrizaje. He disfruto de tu bitácora que he añadido a mis favoritas

belita -

Supongo que estar mucho tiempo al otro lado de la barrera hace que mi prespectiva sea distinta a la tuya. No creo que el que "oculta una verdad" sea un mentiroso, un manipulador ni nada similar, simplemente algunas veces la vida no es sencilla y por casualidad otros te aportan lo que nunca soñaste o aquello en lo que hace tiempo dejaste de soñar. Sabes que es algo efimero y como tal lo aprobechas ¿Que sentido tendria cambiar tu vida por algo puntual? En esos momentos lo único que puedes hacer es dejarte llevar, amar con toda la locura, entregarte como loco que eres, disfrutar al máximo.

lucas -

Buen decálogo del amor amigo,amar es ponerlo todo en el empeño, sin esperar nada a cambio, y confiar en el otro, saber escucharlo y ver en sus ojos la confirmación de uno mismo. Eres, a mi entender, un ejemplo a seguir.