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UN PEZ ENREDADO

Boculo

Me perdonaran mis amigos al escribir en este rincón una conversación que tuvimos hace tiempo.

Nos inventamos un término nuevo, es “boculo”. Me explico, fantaseábamos sobre la posibilidad de que existiera un animal que dispusiera de dos elementos principales, la boca para la ingesta de alimentos y de culo para el desecho. Debería tener, también,   un propósito; hacer carne, cuanta más mejor. Y su vida lógicamente será corta.Aunque contamos entre nosotros a gente con grandes cualidades de artes plásticas ninguno se atrevió a hacer ningún dibujo que plasmara esta idea, dejamos rienda suelta a la imaginación.

   Ya imaginábamos a aquellas “ratas” de laboratorio, con grandes contratos con varias cadenas alimenticias. Poniéndose a crear a estos dulces animalitos. Si, les daremos una proporción correcta de carnes y grasas, de gusto y aroma, incluso llegaremos a hacer carne para vegetarianos.

   Y lo crearon, con sus diferentes gustos, texturas, para los canalones, para los guisos, para los pinchos morunos. Simplemente eran perfectos.

  Se introdujeron en todos los segmentos de nuestra vida cotidiana, existen algunas cadenas alimentarías que subministran esta carne diariamente en sus menús, lógicamente escondiendo la procedencia y calidad del animal. 

Los beneficios crecieron exponencialmente y sus creadores hacían fábricas por doquier.  Estaban convencidos de que no se descubriría el engaño y tenían mucha razón, incluso ahora nos preguntamos si aquello con lo que un día fantaseábamos no fuese hoy verdad.

 Tengo que confesar que muchas veces me he encontrado verificándo los aspectos técnicos de la carne que me sirven en algún restaurante, e incluso de la que compro para mi casa. Me digo a mi mismo que es una estupidez, que algo así no es posible.Pero sin duda la realidad supera, muchas veces, con creces a la imaginación.Desde entonces nos miramos de otra forma las chuletas que solemos comer, y cuando nos reunimos alguien suele hacer el comentario sobre el acompañamiento de los macarrones, y seguimos fantaseando si la parte sustancial del guiso vendrá de una parte remota de centro África o de un lugar perdido de la patagonia argentina.

 Nos quedamos mirando.

 Buen provecho!!

2 comentarios

cuca -

Exacto,por necesidad o por placer... pero,además,está el hecho de darle importancia o no a qué nos metemos dentro para que pase a formar parte de nosotros mismos. A mi también me vino una película em mente dónde se ve todo el proceso por el que pasan unos tiernos pollitos en una gran "máquina sexadora" que los golpea una y mil veces en su trayecto, interponiendo imágenes de ríos de gente caminando como robots por una gran ciudad, tipo Tokyo.No creéis que debe haber una diferencia abismal en cómo te sientes después de comer un pollo de la máquina sexadora o uno que haya vivido a sus anchas en medio del campo toda su vida,aunque tú no lo sepas? Después de ver esa película pasé mucho tiempo sin comer pollo...

lucas -

Esta claro que el comer ha transgredido la mera necesidad de saciar el apetito, ahora comemos por el placer de paladar, de que nuestros sentidos sean cada vez sorprendidos con nuevas sensaciones, texturas, no importa que nos comamos..mientras tenga un sabor agradable: Ostras, caracoles, infusiones excretadas por animales, sesos de cordero....y no quiero ya meterme en distintos insectos y comidas exóticas. Hay dos contrapuntos que recuerdo, uno de una película y otra de un libro. En la película, los cuerpos de la gente que moria, o que ayudaban a morir, pasaban a convertirse en unas nutritivas galletas que cubrian la necesidad de alimentar a una población cada vez mayor y más pobre. En el libro, hay una fiesta, uno de los invitados coge de una bandeja una bola rellena de un liquido, la muerde, y cierra los ojos embargado por un autentico orgasmo en el paladar... ¿comer por necesidad o por placer? Esa, sin duda, es la cuestión.