Con el tiempo uno se resigna a no hacer promesas
Con el tiempo uno se resigna a no hacer promesas.
Aprende con el paso de los años a degustar el sabor salado de la saliva de todas las lágrimas que nunca lloró.
Se sienta en el porche a contemplar una puesta de sol, viendo absolutamente nada en el horizonte.
A decir mecánicamente buenos días, a la pareja con la que duerme. Mientras solo piensa en el café, que nunca le despierta.
Se olvidó que un "Te Quiero" no significa la abolición de una ilusión. Y lo confundió con el hecho de no poder tener el mando a distancia.
Todavía duda si la eternidad esta en el diccionario, como para poder decirla sin miedo a romper su palabra.
Tiene en el silencio uno de sus mejores aliados.
Su mejor arma, se alimenta de su propio engaño, de apoyarse en bastones que nunca necesitó, y ahora tiene la espalda curvada.
Ya demasiado viajo cree no pdoer abrir la jaula, dejar golondrinas y cuervos al aire, a su aire.
Cada noche, sabe que cada mañana será igual, sentirá el incesante repicar de las promesas que se hizo un día.
Se morderá la lengua, la saliva salada, y unos ojos cerrados soñando que estan llorando.
Y no te mentirá cuando le preguntes si le pasa algo, siempre te dirá -nada, no pasa nada. Justamente eso estará pasando.
**Lanzaré mis preguntas al viento, y recogeré la lluvia que inundará de lágrimas todo mi cuerpo***
Kiko
4 comentarios
Nacho -
De todos modos, recordaba este escrito tuyo, y con él te pusiste un listón muy alto. Fue gratísimo leerlo, por eso lo recuerdo.
Kiko -
Por si se me olvido decirtelo alguna vez, no me importa repetirlo, Muchas Gracias Lucas.
y a ti tambien Nacho, que me cole en un espacio que tambien era tuyo, Gracias por compartirlo conmigo.
Ya puestos, Gracias a vosotros por seguir leyendo y por dar vida a los textos.
lucas -
Kiko -
Al desaparecer el antiguo blog he creido oportuno hacer una nueva entreda aqui para que lo podais disfrutar.
Muchas gracias por seguir ahi.