Los lugares imposibles
Siempre hay piedra, enormes muros de piedra que separan el exterior del recinto amurallado de las ciudades. Britania , Prontera, Giran, Noria, y un largo etcetera de lugares donde la vida se desarrolla de un modo impersonal, todas esas ciudades pertenecen a la virtualidad. Son lugares donde gente de verdad adopta personajes y roles para vivir una vida lejos de la realidad. Caballeros, guerreros, magos, orcos, ladrones, artesanos, todos recorren esas ciudades y esos mundos como si esa vida fuese real, más importante si cabe que la que les rodea fuera del ordenador, en sus propias casas.
La edad media de esos jugadores ronda los 15 años, son jovenes de personalidad fuertes, despiertos, inteligentes, y sí, supongo que algunos de esos juegos pueden potenciar la violencia... pero lo cierto es que la persona que es violenta, lo será con juegos o sin ellos. Unos adoptan roles de asesinos, y se recorren esos mundos imposibles intentando sembrar el miedo, el saqueo y el crimen, otros adoptan una actitud pasiva, van a su aire, apenas se comunican con nadie y se dedican a jugar para intentar que el personaje creado crezca lo más rápidamente. Y por fín llegamos a los denominados Frikis, personas que se meten en el papel del personaje e interactuan con él, que aceptan las reglas y limitaciones que el juego les presenta, sienten la necesidad de un equilibrio entre bien y mal y en cualquiera de los dos lados, emplean el honor.
Pero creo que me estoy desviando un poco del tema, quiero hablar de las ciudades virtuales, esos sitios donde se reunen los personajes y las personas que pueblan estos juegos. Son lugares extraños, donde si te pones ha hablar con la gente que te rodea, descubres que hay medio mundo allí; españoles, mejicanos, peruanos.... si se trata de un juego en castellano, encontraras un sinfin de hispanoparlantes, pero si se trata de uno en ingles, la cosa ya se vuelve más internacional y puedes ver hasta a gente coreana, sueca, filipina y un largo sinfin de nacionalidades. Por un momento, el mundo parece no tener fronteras físicas, solo virtuales e idiomaticas, te encuentras con tu propio yo virtual, que nada tiene que ver con el yo real.
El único problema es que todos esos sitios, todas esas gentes, todas esas casas, objetos, animales, monstruos y ladrillos, tan sólidos en su virtualidad, son tan frágiles que basta que alquien tire en algún sitio de un enchufe para que nunca hayan existido.
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Jorge -