Forjando una llave
Pido perdón a todos los no nacidos, pido perdón de todo corazón a todas las personas (porque son personas aunque nunca hayan ni vayan a nacer de un vientre femenino) que habitan en mi mente por no darles vida. Hay quien no entiende, ni concibe que un personaje de un libro pueda tener vida, para esas personas, el personaje no nace, solo es un instrumento para narrar una historia. Esas personas jamás leerán un libro como el autor quiso que la historia fuese interpretada por los ojos que recorren sus páginas. Verán descripciones, metáforas, verán cuadros estáticos, fríos, no verán un película corriendo ante sus ojos, jamás podrán saltar de su vida al interior de ese mundo fabricado con letras.
Por eso quiero aprovechar estas lineas para pedir perdón a todos los personajes que estan en mi cabeza, los que a gritos piden que sea narrada su vida nunca nacida, les quiero pedir perdón por no tener el valor, la capacidad, la voluntad en definitiva, de ser su intrumento para emerger a este mundo. Pido perdón a Dalmacio Aquiles por no contar nada de su tienda donde salvó a un niño de morir apuñalado por un ratero y cuyo premio fue una navajada en pleno rostro, pido perdón a Nadia, por habitar aun en ese ático desde el que ve caer etérnamente los cabellos de sus muñecos, pido perdón a esa mujer valiente que me pide recorrer el mundo de mi mano, pido perdón a los cazavampiros que quedaron atrapados en infantiles hojas cuadriculadas y a todos los que aguardan para narrarme sus historias.
Aún no he encontrado la llave que abre la puerta que os hará nacer, creo que una de las muescas es la constancia, por eso, cada día intento escribir algo aquí, cada día apartar de mi banales horas de ocio e intentar convertirme en la llave. Perdonar si tardo más de lo que yo mismo deseo.
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lucas -
Nacho -
pecesita -