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UN PEZ ENREDADO

25 pesetas y 9 centimos

25 pesetas y 9 centimos

Diana tiene un encanto especial, me encanta como sonrie detras de la barra de su bar, creo que es la chica que como Sabina, a todos nos gustaria encontrar despues de un concierto. Esta tarde sonreia cuando nos contaba que la habían robado durante la noche, y yo no podia dejar de pensar en ello durante toda la conversación, y despues, cuando salimos al frio invernal. Imaginaba a los ladrones paseando impunemente por el local, machacando la maquina tragaperras para sacar las monedas, podía ver como metian sus manos enguantadas en el tarro de las banderillas hasta comerse la mitad, y un sentimiento de odio, de indefensión, me subía de la boca del estomago, como una arcada seca, acida. No quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si alguno de los miembros de la familia hubiera estado dentro...
Tomamos dos cafes y un mosto, mientras nos contaba la aventura, temiendo que los ladrones vuelvan, ya que se llevaron una televisión pequeña, ya que la grande es demasiado voluminosa para llevarsela entre dos.... y llegó la hora de irnos, y allí fue donde casi me muero de vergüenza.
- Paga que no he traido la cartera.
Miro alrededor.... no tengo nada de dinero, el ultimo euro pago el descafeinado de despues de la comida.
- Esto..... te dije que no tenía dinero..que tenía que ir al banco...
Manda mores, tres personas consumiendo en un bar, y el único que tenia algo de dinero era yo, una moneda de veinticinco pesetas de esas de agujerito, y 3 monedas de cobre que sumaban nueve centimos....
Miré a Diana, que no dejaba de reirse con cara de cordero degollado...
- Mañana vengo a tomar café y te pago las deudas....
Salimos del bar entre risas y reproches, mañana mismo iré a pagar mis deudas de vicios...palabra.

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