Sangre y vidas paralelas
"A Scorsese le gusta mucho la sangre" me comenta Pedro mientras salimos de la sala corriendo hacia los servicios. Aún resuenan en mi cabeza los últimos disparos de Infiltrados mientras entramos en los aseos, casi nos tiramos de cabeza a los urinarios, un metraje de 149 minutos y un bidón de nesti han convertido mi vejiga en una enorme bolsa de líquido que amenaza con estallar. En el urinario hay una de esas gomas para que no salpiques fuera, esta limpia, brillante, pero aun así no puedo evitar imaginar cuantas personas habrán descargado sobre ellas.
Soy el último en terminar, creo que he devuelto el nivel optimo a todos los pantanos del universo. Comentamos la película, porque cada uno hace lo que hace, la capacidad que tienen los personajes para tomar decisiones instantáneas, a mí, lo que me intriga es el ultimo personaje en salir a escena, el hombre de los zapatos de quirófano, me trae a la cabeza al primer y último personaje de sin city, el asesino frío y letal, el hombre gris que, todo profesionalidad, ha hecho de la muerte todo un rito.
En el coche, pensando en que dos horas después entro a trabajar, seguimos hablando de cosas relacionadas con la película, y sale el tema de la doble vida. Él afirma que es imposible sostener una vida paralela a la oficial, refiriéndose al tema de los amantes, yo, como buen abogado del diablo, me aferro a lo contrario. Como tomando una hoja invisible, le marco en el aire de la cabina los principales puntos y detalles necesarios para llevar a buen puerto una doble vida, como si el mundo se pudiera partir en dos y dejar a cada lado medio cerebro y medio corazón.
"Pero en ese caso no te importa nada, ni la mujer, ni la amante ni lo que pueda pasar" concluye mientras enfila las primeras casas del pueblo. No, te importa el placer que proporciona una vida clandestina y jugar a estar infiltrado en una vida que no te pertenece.
2 comentarios
lucas -
Ella -